Matriculada en la Universidad de la Vida, a asignatura por año

martes, 30 de mayo de 2017

De los niños siempre hay que aprender

Y mucho más un deporte que en muchas ocasiones, con la competición, se olvida de los mínimos valores del fair play. Estamos hartos de padres que increpan en las gradas de los campos de fútbol cuando sus hijos están en el terreno de juego. Y se olvidan de que el fútbol es para pasarlo bien, es un deporte, es un juego.


Por eso me llena de orgullo hablaros de esta escena que sucedió el pasado domingo en Galdakao (Vizcaya), en el 'Primer Torneo Estatal Usansolo Cup Fútbol 7', un torneo en categoría alevín (niños nacidos en el 2005), donde participaban equipos de toda España, entre los que se encontraban el Athletic de Bilbao, el Racing de Santander, el Leganés, el Getafe. . . y el Rayo Vallecano, además de modestos clubes vizcaínos como el Lagun Artea (Leioa), que disputó la final y que, aunque no ganó, se convirtió en el protagonista de una bonita y espontánea situación.

Equipo Aleví Lagun Artea.  FOTO S.D.LEIOA

Tras la entrega del trofeo al equipo vencedor del torneo. . . ocurrió algo maravilloso, que da sentido a este deporte. Los jugadores del Lagun Artea, que habían perdido la final ante el Rayo por 4-0, empezaron a aclamar a sus rivales madrileños con gritos de ¡RAYO, RAYO!

Lo podéis ver en el siguiente vídeo, subido a Youtube por el Rayo Vallecano.


Merece la pena verlo y ver como esos niños festejaron la copa como auténticos campeones, dando un ejemplo a todos los que allí estuvieron. Demostrando así, que se trata solamente de un juego, en el que no importa quién gane o pierda, sino que lo que realmente importa es pasarlo bien.

Pero esto no se trata de un hecho aislado, sino que ya hicieron algo parecido al derrotar en semifinales de este mismo torneo al Racing. Al ver a sus rivales llorando, este equipo demostró su buen compañerismo y se lanzó a corear "¡Racing de Santander, Racing de Santander!", convirtiendo los sollozos de los santanderinos en risas y abrazos entre ambos equipos.

Muchos tendrían que aprender de estos niños. Un ejemplo de deportividad que el Lagun Artea regaló al mundo entero. ¡BRAVO!

martes, 23 de mayo de 2017

Hasta siempre, VICENTE CALDERÓN

Hola, muchos habéis sido los que habéis leído mi Oda al Vicente Calderón del anterior post. Gracias.
Bien, pues aquí os dejo un vídeo que uno a mi pequeño homenaje a este campo al que vamos a echar mucha gente de menos.


Sigo pensando que este tipo de edificios, deberían "estar protegidos" y ser considerados patrimonio de nuestra ciudad y, por ende, no deberían derribarse. . .

Aunque no albergue más partidos de fútbol, sí que se podría dejar como el Palacio de Vistalegre o el Palacio de los Deportes (que, aunque ahora lleva un nombre raro, para mí sigue siendo el Palacio de los Deportes), para acoger otros eventos, como ferias o conciertos.

En vez de hacer más edificios y parques, que yo creo que esa zona ya tiene bastantes, pero ya se sabe que donde manda patrón no manda marinero, y que la pela es la pela. Y esto no deja de ser un negocio más, una pena.

lunes, 22 de mayo de 2017

Oda a mi VICENTE CALDERÓN

Tuvimos tantos años para hacernos a la idea de que te ibas. . . pues bien, ha llegado tu adiós, esta vez, parece que sí es verdad y me ha pillado el toro, porque todavía no me lo creo. 

Sigo confiando en que se trate de un sueño, de un error, una inocentada. Sigo esperando a que a alguien se le ilumine la bombilla y diga NO, ESTO NO SE TIRA.
¿A quién se le pudo ocurrir semejante tropelía?
Todavía no te has ido y ya te echo de menos. . .
Y, ¿si nos atrincheramos allí? quizá así no lo tiren. . .

Siento que me arrancan un pedazo de lo que más grande dicen que tengo. . .
Siento que no verte cada día deja de tener sentido, siento que me diste lo mejor de mi vida, pero que aún te quedaba mucho por dar, a mí, a todos.

Desde hace semanas me cuesta ver. leer, escuchar lo que cuentan, mirarte de frente, pensar que pronto dejarás de estar ahí, en mi camino, cada día. ¿Por qué?
¡Hay que ver! Vaya nudo más tonto me haces tener en el estómago. Quizá muchos no lo entiendan; otros, otros locos como yo, sabrán de lo que hablo. ¡HASTA SIEMPRE!


Yo no cambio Wanda por Vicente, ni Metropolitano por Calderón.

Crecí viéndote, disfruté de ti, me distes los mejores años de mi vida. Gracias a ti, conocí a gente maravillosa que sigo conservando. Me hiciste reír, llorar. . . soñar. Allí me enamoré, me desenamoré y me volví a enamorar. No se trata de fútbol, se trata de vida. De la vida de todos y cada uno de los que por allí hemos pasado. Los que nacieron, los que vivieron, los que murieron, los que oirán hablar de ti y no tendrán la suerte que hemos tenido los que te hemos pisado. Los que vieron ganar, empatar o perder. Los que nunca se callaron y, hasta con el corazón compungido, no dejaron de cantar hasta oírte soltar el último aliento. No hablo de jugadores, ellos van y vienen, hablo de todas y cada una de las personas que han pisado tu césped, tus gradas. . . 

Querido Calderón, podrán derribarte de la tierra pero nunca de nuestros corazones.
Has sido, eres y serás HISTORIA de mi ciudad.

miércoles, 17 de mayo de 2017

¿qué es el SHARENTING?

Sharenting, parenting. . . El sharenting es un término inglés que hace referencia a la cantidad de fotos que compartimos en las redes sociales de nuestra vida familiar y, sobre todo, de los más pequeños e inofensivos de la casa, los niños, ya sean hijos, primos, sobrinos. . .


Y es que, parece que está de moda eso de presumir de retoños en Internet. . . Esto, a la larga, se puede convertir en un problema, porque compartir imágenes, vídeos o información de los niños no sólo crea una huella digital sin su consentimiento, sino que también puede exponerles a peligros digitales en Internet.


Estoy harta de ver a mamás y papás subiendo fotos de sus bebés en la ducha, en la piscina, en la cuna, durmiendo, comiendo. . . algo que ya deja de ser esporádico para convertirse en una costumbre. Hay que pensar un poco en esos niños, que están tan expuestos, porque una vez que se sube una foto a la red. . . ya es imposible controlar dónde puede acabar. Además, de que esos niños el día de mañana se harán mayores y descubrirán que todo el mundo sabe sobre su vida "gracias" a la inconsciencia de sus progenitores (o tíos, primos, abuelos. . .)


Entiendo que se esté orgulloso de un niño y se quiera presumir, pero. . . ¿a qué precio?

Lo que peor llevo son las mamás y papás que se lucran con ello, Instagram está lleno de esas mamás (y papás, pero sobre todo mamás), que tienen miles y miles de seguidores gracias a sus bebés y, gracias a ello, consiguen beneficios y productos. . . gratis de las marcas. . . Y yo me pregunto, ¿vale todo? ¿eso no sale caro? ¿"vender a un hijo por potitos"?


Esas publicaciones pueden convertirse en imágenes "robadas" que se usan por ejemplo como cebo o en campañas publicitarias sin autorización. Fotos que pueden descargarse de Internet sin que lo sepamos, manipularse y volver a compartirse. O datos de geolocalización que permiten saber dónde están los peques en todo momento a personas extrañas a nuestro entorno.


¿Se pueden prevenir los peligros del sharenting

Lo más eficaz es no subir nada, pero si no se puede evitar. . . por lo menos intentar no compartir "fotos comprometidas" de los niños (desnudos, baños, cambios de pañal. . .), no dar información en las fotos (ni ubicaciones, ni datos personales del crío, ni parques, ni guarderías. . .), cerrar o privatizar las redes sociales a nuestro círculo más íntimo (solo personas conocidas y de fiar, amigos y familiares)

Cada uno puede hacer lo que quiera, pero ha de atenerse a las consecuencias que puedan llegar con el tiempo y pensar, sobre todo, EN ELLOS.

Respeto todos los puntos de vista. Pero recordad que todos los menores tienen reconocido en nuestro ordenamiento jurídico el derecho a recibir la asistencia y protección que les garantice el pleno desarrollo de su personalidad, conformándose dicho derecho en una responsabilidad tanto de sus familias, en primer término, como de las Administraciones Públicas. Y que con esto no les estáis haciendo ningún favor.