O ESO DICEN. . . .
¿Qué queréis que os diga? Igual el primero es el que pillas con más ganas y es más intenso, pero no por eso ha de ser el mejor. ¿O sí?
Seguramente sea el que más duele cuando se acaba, pero si tienes en cuenta que el primer amor se tiene en edad adolescente. . . la intensidad se multiplica, no canalizas, todo te parece tremendo, piensas que cuando se acaba es el fin del mundo y que jamás encontrarás a nadie como esa persona.
Con los años te vas dando cuenta de que cada mala experiencia te hace más fuerte, porque sí, hay más, no tendrás ni uno ni dos amores, probablemente tengas más a lo largo de los años, asúmelo (para elegir bien, hay que probar, jaja). Esta no es la época de tus abuelos ni de tus padres donde cuando algo se rompía se arreglaba y no se cambiaba por otro nuevo (esto vale para amores, objetos, etc. . . antes TODO se arreglaba o por lo menos se intentaba, ahora es más fácil reemplazar).
¿Por qué os cuento esto? Pues no lo sé, he recibido esta imagen por WhatsApp y me ha hecho reflexionar sobre el asunto.
Y es que es verdad, quizá es porque antes se aguantaba más y ahora no somos pacientes (o tan "tontos"). Pocas personas conozco de mi edad que mantengan una relación duradera con su amor de juventud (aunque las hay y me consta).
Mi primer amor. . . . ¡qué será de él!
Reconozco que para mí fue muy importante (y me consta que yo para él también), juntos descubrimos un mundo nuevo en el que los protagonistas éramos "nosotros". Momentos buenos (y alguno que otro no tan bueno) que recuerdas con cariño una vez pasado el tiempo. Todo era demasiado perfecto, todo era demasiado bonito, pero a los cinco años terminó. Pasamos la "crisis de los dos años" de la que todo el mundo nos hablaba, pero no pudimos con la "de los cinco".
¿Por qué terminó? Pues. . . si os digo la verdad, no lo sé. Pero lo que sí os puedo contar es que fue una decisión tomada de mutuo acuerdo, y que nunca nadie entendió (creo que nosotros tampoco entendíamos porqué estábamos haciendo eso). Nos queríamos, sí. Nos amábamos, también. Pero lo mejor era poner rumbo distinto en nuestras vidas. El "nosotros" pasó a ser "tú y yo".
Hoy en día tenemos relación, bien es cierto que a raíz de dejarnos intentamos mantener una amistad, pero ya se sabe lo que pasa. . . . a veces la distancia es lo mejor para zanjar historias. Pues eso, como os iba diciendo, pasados los años retomamos el contacto por casualidad y, en la actualidad, nos vemos de vez en cuando y hablamos y, más de una vez, nos hemos preguntado '¿por qué lo dejamos?' y nos reímos diciendo 'éramos muy niños'.
La verdad es que seguimos teniendo esa afinidad y esa química de hace años. Alguna vez se nos ha pasado por la cabeza qué pasaría si lo volviéramos a intentar ahora, que ya somos más mayores. . . o cómo sería nuestras vidas si hubiéramos continuado juntos, igual estaríamos casados y con niños. . . . siempre acabamos esas conversaciones partiéndonos de risas y diciendo paridas.
Igual va a ser que sí fue especial y que como el primer amor no hay otro. Porque, la verdad, después de aquella relación no he levantado cabeza (en el sentido de que no ha cuajado nada de lo que he tenido, ni "crisis de los dos años" y mucho menos la "de los cinco", jaja). Pero esta situación de "inestabilidad" me ha hecho hacerme más fuerte y no conformarme con lo fácil, mis amigas me dicen que me he vuelto muy exigente, a veces demasiado.
No creo que sea exigencia, más bien, creo que veo la vida de forma diferente, simplemente que no he encontrado algo que me haga volver a cambiar un "yo" por un "nosotros". Quizá sea por miedo o por la inseguridad. . . . de que ya no hay nada que sea para siempre. Eso no quiere decir que en estos años no me haya enamorado ni que no haya encontrado un chico que merezca la pena. Al revés, me he enamorado como una gilipollas y he encontrado a chicos que si merecían la pena, solo que probablemente han llegado en un momento que no era adecuado. Y cuando el momento sí lo era ya no estaban.
Pero en mi familia hay un lema y es que para atrás ni para coger impulso, lo pasado. . . . ¡pisado!
Con el paso de los años las necesidades cambian, quizá en tu primer amor buscabas diversión, arriesgar, innovar, era todo más fácil porque no tenías más preocupaciones que tus estudios, tus amigos y tu pareja. Probablemente, tu vida ahora sea más complicada, tendrás otro tipo de prioridades, intentarás sentar cabeza con un buen trabajo y un buen estatus.
En resumen, ya no buscas tanto arriesgar sino que lo que más te importa es la estabilidad. Dedicarás más tiempo a tu casa, a tus obligaciones que a salir por ahí y andar de un lado para otro. Las relaciones con 30 son diferente a las relaciones con 20. Al igual que tú, tu pareja tendrá otras cosas que hacer. Te aportará cosas diferentes a las que te aportaba tu primer amor. La forma de querer, cambia con los años.
Cada persona que pase por tu vida sentimental, te aportará ALGO diferente. Sí, puedes decir que no hay nada como el primer amor, pero ni como el primero ni como el segundo ni como el tercero ni como cada uno de los que pase por tu vida. Ojalá todos tuviéramos la suerte de acertar con el primero y ser felices, pero pocas veces es así. Recuerda que las COMPARACIONES SON ODIOSAS y que CADA PERSONA ES ESPECIAL. El primer amor es, simplemente, uno más. Lo mejor SIEMPRE está por llegar.