Vuelve la Navidad a Madrid y con ella llega el famoso Cortylandia. Desde que era pequeña no he dejado de faltar a esta cita anual, ya es una tradición familiar que ha ido pasando de padres a hijos en muchos de los hogares madrileños. Incluso hay gente que viene de fuera con sus niños para contemplar esta peculiar felicitación.
Este año la fachada de ese centro comercial, cuyo nombre no voy a mencionar, está plagada de unos simpáticos pingüinos, esos animales tan graciosos, que siempre nos sacan una carcajada con sus andares, entre otras cosas.
La foto está ladeada porque no había manera de acercarse, prometo más adelante traer fotos mejores y el vídeo con la famosa canción.
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