¿Quién no ha soñado con tener una vida perfecta? Pero, ¿qué es la perfección? Para mí, la perfección sería:
Tener una preciosa familia, tener un buen novio o marido y unos hijos maravillosos.
Tener un trabajo estable y digno, acorde a lo que has estudiado o a lo que has querido hacer, que cada cual se dedicara a lo que quiere y no a lo que les dejan o queda.
Tener una casa en la que poder vivir, que esté pagada, que poder disfrutar (ya sea grande o pequeña), pero que sea sobre todo propia, que no tenga hipotecas que ahogan o estén ligadas a préstamos que acabarán pagando los hijos de tus hijos.
Tener dinero para viajar y conocer mundo y culturas, poder pasar unas navidades en Nueva York, un verano en las Seychelles, o una semana santa en Sevilla.
Tener dinero para ayudar a los demás.
Tener salud y morir de viejo.
Tener suerte.
Poder cumplir los sueños al levantarnos de la cama. Tener ESE motivo cada día que te hace levantarte y ponerte el mundo por montera.
Poder vivir sin rendir cuentas en un mundo noble, sin necesidad de canallas que te gobiernen, en el que todos respeten a todos.
Ya sabemos que lo perfecto no existe y que si existiera acabaría cansando. . . ¡pero a quién queremos engañar! Eso no le puede cansar a nadie.
Pensemos que si nos hicieron diferentes es para darnos una lección, para que algún día, espero que no esté muy lejos, encontremos esa armonía que nos haga vivir en un mundo feliz en el que cada uno tenga su vida perfecta, sus sueños cumplidos. Un día en el que nadie pueda arrebatar nada a nadie, en el que aprendamos a convivir civilizadamente y a querernos tal y cómo somos, entonces. . .ese día. . .será perfecto.
Mientras tanto, ¡SOÑEMOS!, que soñar es gratis.
Que no nos quiten los sueños, que yo seguiré. . .
BUSCANDO VISA PARA UN SUEÑO
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