El problema es que el cine está a precio de oro, sin contar los avituallamientos que suelen acompañar a las películas (porque. . .entre nosotros, una peli en el cine sin palomitas ni refresco, no es una buena peli). . .
Aprovechando 'La fiesta del cine' decidí acercarme al cine a ver 'OCHO APELLIDOS VASCOS'
Mi debilidad a la risa absurda y al gran Dani Rovira . . . me llevaron casi sin planearlo a la butaca 9, de la fila 9, de la sala 9. . . y creo que volvería a verla ¡9 veces más!
Miedo me daba que no fuera lo que esperaba, pero desde el primer minuto me empecé a reír . . . y creo que no dejé de reír hasta el último minuto.
¿Humor fácil? ¿Tópicos estúpidos? ¿Exagerada?
¡Me da igual! Lo que cuenta es que ha llenado los cines y que, sobre todo, ha hecho reír a carcajadas.
Dicen que los polos opuestos se atraen. . . y, en este caso, es más que evidente:
Ella, una vasca algo sequilla, de aspecto pasota, mal hablada . . . y no muy partidaria de la gente del sur.
Él, un andaluz guasón, engominado, de aspecto finolis (el "típico" señorito andaluz), con arte y patriotismo por bandera.
Y un poco de lo de siempre: chico conoce a chica, chica pasa de chico, chico viaja hasta la otra punta de la península para conquistarla, chica que pasa de él . . . pero al final . . . el amor puede con todo.
Quizá ese sea el argumento más simple de la peli, porque ya se ha visto en otras, aquí lo que mola una jartá son las "aventuras" por las que pasan, las que lían . . . lo del trailer es una pequeña muestra de lo que se puede ver.
Dicen que el boca a boca es el mejor marketing. . . y yo, desde mi humilde blog, no quiero dejar pasar la oportunidad de animaros a ir a verla.
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