Matriculada en la Universidad de la Vida, a asignatura por año

sábado, 14 de diciembre de 2013

Contar hasta diez

Ya estamos en casa, ha sido un día bastante completo, lleno de risas y emociones.
Gonzalo ya está acostado, ha caído rendido. No ha parado en todo el día y el pobre estaba agotado.
Yo, sin embargo, a pesar de estar cansada, soy incapaz de conciliar el sueño, no puedo parar de darle vueltas a ese encuentro… y, para colmo, está también el deseo de mi hijo…. Pero debo intentar descansar…mañana me espera un largo día de trabajo.

Me tumbo en la cama, cojo el libro que tengo en la mesilla: ‘La vida es breve y el deseo infinito’, me pongo a leer para evadir la mente, poco a poco… me empiezan a pesar los párpados… hasta que, finalmente, caigo en las redes de Morfeo.

De repente, suena el teléfono, me levanto de un salto pensando que se trata de la alarma que indica que ya es la hora de despertarse, pero al mirar el reloj, me doy cuenta de que no ha pasado ni una hora desde que me dormí.


Se trata de un mensaje, ¿quién me mandará un mensaje a estas horas?, me digo en voz alta, seguro que es de publicidad. Abro el mensaje, no conozco el número… empiezo a leer:

“Querida Alicia, soy Gonzalo. Espero no despertarte, me ha gustado mucho encontrarme contigo en el centro comercial. Estás guapísima. Un beso muy fuerte" 

¿Así? ¿Sin más? y espera no haberme despertado....bla bla bla, ¡pues sí! me ha despertado... con lo que me había costado coger el sueño... y encima me viene con esas... pero .... ¡qué se cree! después de 5 años sin recibir ni un "Hola, qué tal", me viene con esas... ¡a las 3 de la mañana!  Mi impulso me hace empezar a escribir un mensaje para contestarle:

"Hola capullo, me has despertado, me tengo que levantar en dos horas. Creo que lo que tenías que decirme no era de vital importancia como para escribirme a estas horas...bueno, ni a estas ni a ninguna...llevo 5 años sin saber de ti, y haberte visto 10 minutos en el centro comercial no te da derecho a hacer como si no hubiera pasado el tiempo..."

Eeeeh Alicia, sosiega, ¡cálmate! Haz como si realmente no te importara.... contéstale tranquila, amigablemente... cuenta hasta diez o si no, espera a mañana...
 Decido borrar el mensaje antes de darle a enviar.... y empezar de nuevo:

"Hola Gonzalo, tranquilo, no me has despertado, estaba leyendo. No sabía que aún conservaras mi número, yo también me alegro de haberte visto y de que estés tan bien. Un beso"



Así, eso está mucho mejor... Alicia, has madurado... 
No han pasado ni dos minutos cuando vuelve a sonar otro mensaje, ¡caray, ni cuando éramos amigos contestaba tan rápido!

"Se me había olvidado que te encanta leer hasta altas horas de la madrugada. Nunca borré tú número, guardaba la esperanza de que no lo hubieras cambiado. La verdad, es que más de una vez estuve tentado a volverlo a usar para saber de ti. Te he echado mucho de menos en estos años. Me gustaría volver a verte y retomar esa amistad que un día tuvimos. Besos."

¿Hola? ¿me has echado de menos? ¿Retomar qué....? ¿eso que se acabó porque decidiste salir de mi vida?
No entiendo nada, sólo sé que en el fondo deseo volver a tenerle cerca.... 

"Sí, no he cambiado mucho la verdad, sigo con mis mismas manías de antaño. Yo también quise saber de ti, por eso te escribí más de una vez, pero no obtuve respuesta alguna...supongo que es porque cambiaste de número. (tonta, sabes de sobra que no te contestaba porque no quería) Así que desistí hace años. El caprichoso destino nos ha querido volver a juntar. Y quién lo iba a decir...yo mamá y ... ¡tú casado! jeje, el chico que no creía en esas cosas... muy buena tiene que ser para haberte convencido (emoticono: carita guiño)"

A veces me asombro de lo cínica que puedo llegar a ser... ¡Dichoso destino!, ¿por qué juegas así conmigo?
En más de una ocasión he soñado con ese reencuentro, con encontrarme con ÉL. ¡Ojalá hubiera sido como en mis sueños! así no estaría casado y se hubiera derretido al verme...esos encuentros siempre terminaban con un beso apasionado y no con un "te presento a mi mujer"... ¡Aliciaaaaa! tienes 30 años, ¡cómo puedes seguir creyendo en esas cosas!


[Beep-Beep-Beep] Mensaje nuevo:
"Oh, siento no haberte avisado de mi cambio de número, se me pasó. (emoticono: carita triste). Me hubiera encantado recibir esos mensajes. Sí, el caprichoso y sabio destino vuelve a unir algo que jamás se tuvo que romper. Ya ves, me han pillado pero bien pillado, Sofía es una mujer maravillosa, aunque me he hecho mucho de rogar, jajaja. Y tú ¡mamá!, ¡qué alegría!, siempre te gustaron los críos, lástima que no saliera bien con el papá. Me ha encantado conocer a tu hijo, es tan guapo y simpático como tú."

¿Se té pasó? ¡Já!  Veo que el cinismo no es solo cosa mía... Algo que "jamás se tuvo que romper".... y.... ¿por qué se rompió, eeeh Gonzalo? Ah, sí... por un cambio de número de teléfono, ¿no? ahora todo me cuadra mucho más... no volví a saber de él porque se cambió de número y se le pasó....(ironía) 
Lástima que te hayan pillado... Sofía, si es que.. ¡hasta tiene nombre de reina!, ¡cómo no le iba a pillar!, misma clase social, mismo estilo, ambos guapos, elegantes, hacen la pareja perfecta... me da rabia pero a la vez me alegro de que haya encontrado a alguien que le haga feliz y que sea tan afín a él.
Lo de "lástima que no saliera bien con el papá" ha sido un golpe bajo, él no sabe nada de esa historia como para permitirse el lujo de soltar brillante perla... cuento hasta 10 para contestar, bueno...mejor hasta 50...

"Sí, se te pasaría... No dudo que Sofía sea maravillosa, salta a la vista, pertenecéis al mismo mundo, hacéis una bella pareja. Gonzalo es lo mejor que me ha pasado en la vida, aunque al principio trastocara un poquito mis planes de vida, hacerte cargo de un niño sola...pero bueno, es una larga historia. Con el papá no salió bien ni mal porque no sabe de la existencia de Gonzalo, eso forma parte de esa larga historia. Lo que únicamente cuenta es que decidí tenerle sola y no me arrepiento de ello. La verdad es que, físicamente, más que a mí, se parece a su padre. Pero la simpatía y el carácter reconozco que es clavadito a mi"

Era alucinante lo rápido que contestaba a los mensajes, me pregunto si los estará escribiendo en el lecho matrimonial, mientras Sofía duerme al lado. No había asimilado el mensaje que le acaba de enviar cuando ya tenía la respuesta: 

"¿Al mismo mundo? Al mismo mundo de pijos, ¿no? jajajaja, venga... llámamelo, que hace mucho que no me lo dices. Espero que puedas contarme esa larga historia un día mientras tomamos un café. Así que pon fecha y yo invito. Entonces... el pequeño Gonzalo tiene tú carácter...¡qué peligro! (emoticono: carita lengua fuera), si en eso ha salido a ti, será todo bondad."


Un momento, ¿me acaba de pedir una cita? ¡tan sutil cómo siempre!. ¿Por qué tengo la sensación de que no ha pasado el tiempo entre nosotros?... Seguimos teniendo esa complicidad y entendiéndonos con pocas palabras...

"No quería decirlo, pero ya que lo has dicho tú...siiií, a ese mundo de pijos (emoticono: carita lengua fuera). ¿Mientras tomamos un café? Con esa historia, acabamos con todo el café del mundo y con un ataque de nervios, jajaja, ya te digo que es larga, muuuy larga.... ¿Qué insinúas con lo de peligro? jajaja, en lo de bondad, aunque noto un poco de sarcasmo, tienes toda la razón."

Como si fuera cosa de magia, mi cansancio había desaparecido, ya no tenía sueño, era como si con esos mensajes hubiera recuperado horas de vida.... recuerdo las noches en vela que nos pasábamos Gonzalo y yo hablando por el ordenador y por el teléfono cuando eramos amigos. Siempre se nos iba de las manos, pasaba el tiempo tan rápido que, cuando nos queríamos dar cuenta, ya era de día. Y él se tenía que ir a trabajar y yo a la universidad, sin haber pegado ojo, pero era tal la felicidad que derrochábamos que en vez de tener cara de cansados, parecía... como si hubiéramos dormido las ocho horas correspondientes. Esta noche volvía a estar llena de magia...yo no tenía sueño y él parecía que tampoco:

"Pues sí, veo que no has cambiado nada, sigues igual que siempre, me encanta tu sentido del humor y tus salidas para todo. No pasa nada, tengo todo el tiempo del mundo para estar contigo, quiero recuperar estos 5 años, así que si hay que cambiar tomar un café por comer, café, copa y puro, ¡se cambia!. Pero veo que te has escaqueado de poner fecha, en eso tampoco has cambiado, ¿eh? Qué me dices... mañana, ¿te viene bien? para comer o para cenar, lo que tu prefieras."

Noto un cosquilleo en el estómago al leer: "Tengo todo el tiempo del mundo para estar contigo", es esa maldita sensación que me entró cuando le volví a ver en el centro comercial esta tarde. ¿Qué más quisiera yo que eso fuera verdad....y que tuvieras todo el tiempo para estar conmigo y con tu... mi hijo. Si por mí fuera quedaríamos hasta mañana para desayunar... pero debo mantener el tipo y la cabeza fría y no olvidar contar hasta diez.

Seguimos mensajeándonos toda la noche, intentamos ponernos al día sobre nuestros trabajos, aventuras, nuevas aficiones, etc... La conversación se alargó tanto que saltó el despertador con el último mensaje:


"¡Buenos días! Se nos ha ido la noche, casi sin darnos cuenta, me recuerda a nuestras conversaciones interminables. Parece que fue ayer cuando te ibas de empalmada a la universidad y yo a trabajar, lo echaba tanto de menos... ¿lo recuerdas? Bueno, yo, para no perder las viejas costumbres, me voy ya a trabajar. ¡Qué pases un buen día, y espero que no te acuerdes mucho de mi cuando se te caiga la cabeza sobre el teclado del ordenador mientras trabajas! Nos vemos a las tres en el bar de siempre. Un abrazo"

Sí, habíamos quedado para comer... y mi día empezaba corriendo... escoge la ropa mientras te bebes el café, dúchate, vístete, despierta a Gonzalo, hazle el desayuno mientras se viste, haz las camas, recoge la cocina, recoge el baño, lleva a Gonzalo a casa de la abuela y vete a trabajar...chupándote el atasco más grande del mundo, pero no pasa nada porque hoy estoy feliz y animada.


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