Vaya mañana de no parar, la redacción está vacía y los que estamos no damos abasto... "Alicia por aquí... Alicia por allá... Alicia esto... Alicia lo otro....." ¡Alicia se va a volver loca! A veces me olvido de que soy jefa y que todo tiene que pasar por mí para que de el visto bueno.
Me está costando centrarme un poco, no por falta de horas de sueño, sino porque no puedo dejar de dar vueltas al encuentro que tendré con Gonzalo a la hora del almuerzo.
¡Céntrate Alicia!, no la puedes liar. La mañana pasa rápido, cuando me he dado cuenta ya ha pasado más de la mitad de la mañana.
Es la una, ahora que parece que tengo un hueco, decido llamar a casa de mi madre para ver qué tal se está portando el niño.
Gonzalo es un gran aliciente para mi madre,le da la vida cada vez que está con ella, rejuvenece y parece otra.
-Hola cariño
-Hola mamá, ¿qué tal la mañana? ¿cómo se está portando el enano?
-Bien cielo, bien. Estamos terminando de hacer la comida. ¿Vienes a comer?
-No mami, hoy como fuera. ¿Qué estáis haciendo los dos cocinillas?
-Pues hemos preparado unos macarrones especial de la casa.
- mmm ¡me encantan esos macarrones! guardadme unos poquitos para cenar.
-¿Vas a comer sola? ¿No te da tiempo a venir? ¿Mucho trabajo?
- No, he quedado con un viejo amigo para comer.
-¿Un viejo amigo?...eh.... No será ....
-Sí
-¿Os encontráis ayer y ya quedáis hoy para comer? Pensé que....
-Sí, ya lo sé, bueno mamá... te tengo que dejar, que tengo algo de lío.
-Bueno bueno hija, tú sabrás... tu sabrás lo que haces. Un beso.
-Un beso. ¡Te quiero!
-Y yo a ti, hija. Adiós.
Mi madre es la "típica madre vidente" a la que nunca haces caso y siempre tiene razón. La que te advierte una y otra vez, y tú piensas: "¡qué pesada! ¡si me tengo que equivocar, que sea por mí misma!" Pero siempre está ahí, con el típico: "¡te lo dije!" .... ¡cómo odio esa frase! Lo peor viene cuando la completa con: "a ver cuando me empiezas a hacer caso, que tu madre no esta loca y sabe mucho de la vida" ... si ya dicen que "más sabe el diablo por viejo que por diablo".
Pero yo no voy a hacer nada malo, sólo voy a ir a comer con un amigo del pasado, nada más, sólo un amigo que además está casado, no hay de qué preocuparse.
Bueno Alicia, deja de filosofear que te pierdes, baja de la nube y ponte a trabajar que esto tiene que quedar terminado antes de marcharte.
Miro el reloj, son las dos y he quedado a y media, salgo de la redacción, me dirijo hacia el coche, allí, antes de salir hacia mi destino, me retoco el maquillaje y me atuso el pelo.... ¡perfecto!
No hago nada más que arrancar el coche, cuando suena el móvil, es Gonzalo.
¡Oh! Seguro que se lo ha pensado mejor y se ha rajado o, peor aún, tiene que ir a comer con su mujer o algún plan de familia feliz...
Me hago de rogar...pero lo cojo en el último tono.
-¿Sí?
-Alicia, soy Gonzalo.
-Hola Gonzalo, dime.
-Te llamaba porque yo ya he salido de trabajar, voy para el restaurante, por si pasaba a recogerte antes por algún sitio.
-Oh no, gracias Gonzalo, pero ya voy de camino. Nos vemos allí.
-Ah, ok ok, pues aquí te espero. Un beso. Hasta ahora.
-Ciao.
Vuelvo a arrancar el coche y me pongo en marcha, rumbo al restaurante. La última vez que pisé ese sitio fue con él, de esto hace ya 5 años... de hecho, fue el sitio en el que estuvimos cenando el último día que nos vimos... nunca tuve fuerza para volver... ¡quién me iba a decir que volvería años después con la misma persona!
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